Técnicas del tantra
La práctica de las técnicas del Tantra, permite a través de una
serie de posiciones, ejercicios y masajes, aplicar la sabiduría tántrica al
arte de hacer el amor, para experimentar el sexo, no sólo como búsqueda del
placer genital, sino como camino hacia el orgasmo tántrico, el éxtasis y, en
definitiva, la sexualidad espiritual. Se dice que aumenta y prolonga la conexión que existe entre los amantes durante el sexo. Proviene de las filosofías taoísta y budista.
El sexo tántrico enseña que la sexualidad es parte de todo el ser, una unión mental, física y espiritual. Una de las filosofías taoistas básicas sostiene que el sexo - como la vida - no se trata del destino, sino del viaje.
Practicar sexo tántrico es
alejarse del sexo convencional, al que tan habituados estamos en esta sociedad
occidental que busca el orgasmo rápido y, por ende, la eyaculación. El sexo
tántrico es abandonarse a la creatividad, al juego, al deleite de los sentidos
y es creer en la paciencia necesaria para lograr un instante de placer
infinito, a la manera oriental, ceremoniosa, duradera e intensamente larga. Por
ello, la persona que tenga prisas que ni lo intente porque el sexo tántrico se
basa en encuentros largos y relajados, sin prisas. Se venera el éxtasis y se
busca un placer más prolongado a través del deleite de los sentidos,
sensaciones y emociones.
La práctica de las técnicas del
amor tántrico te abrirán las puertas a la experiencia de la sexualidad
espiritual. Mediante los masajes, posiciones y ejercicios tántricos para un
sexo pleno, podrás sentir el amor mágico, que sólo es vivenciable a través del Tantra,
el arte del amor consciente.
Ante todo, ten en cuenta que la respiración tántrica es fundamental en la práctica de los ejercicios tántricos para retardar la eyaculación.
Ante todo, ten en cuenta que la respiración tántrica es fundamental en la práctica de los ejercicios tántricos para retardar la eyaculación.
Para iniciar este plan se requieren hacer
varios preparativos.
Lo primero que hay que hacer es relajarse y liberar tensiones. Así, mientras uno de los dos se dedica a preparar la habitación para el feliz encuentro, el otro puede irse bañando con agua aromatizada. Luego, se cambian lo papeles. Así, se inicia la aventura.
Lo primero que hay que hacer es relajarse y liberar tensiones. Así, mientras uno de los dos se dedica a preparar la habitación para el feliz encuentro, el otro puede irse bañando con agua aromatizada. Luego, se cambian lo papeles. Así, se inicia la aventura.
Durante esta circunstancia el juego será fundamental. Si bien,
la seriedad es necesaria pues también lo es la risa. Esto no es una obligación
y se supone que los dos se sientan muy bien, disfruten y experimenten un
verdadero regocijo.
Cuando hagan conversación, recuerda que no deben hablar de
nada más que no sea sus sentimientos y el fin de semana como tal. No deben
hablar de trabajo, ni de los hijos, ni de la suegra, o los estudios. Dedíquense
sólo a la conversación íntima.
Seguidamente, pongan su música favorita y comiencen a bailar.
Acerquen sus cuerpos, acaríciense y sientan la aproximación entre ambos.
Todo esto se hace con calma. No hay prisa, ni nada que los
presione. Por eso, disfruten del momento y olvídense del tiempo. Ahora, se
procede a apagar casi todas las velas, sólo unas cuantas deben quedar
encendidas. Recuerda asegurarte de que no vayan a caerse y provocar un
incendio.
Ahora, vayan a la cama. Una vez ahí y sin quitarse las ropas
elegidas empiecen a acariciarse y a besarse mucho. Las caricias pueden ir
aumentando su pasión y pueden acariciar los lugares más erógenos. Es importante
que cada uno sepa que lo que está haciendo, es placentero para el otro. Por
eso, deben indagar y preguntarse mutuamente si lo encuentra excitante, o si
prefiere que lo toquen en otro lugar o con diferente intensidad.
Si se aproxima un orgasmo, detengan las caricias. Relájense,
hablen de otra cosa, tranquilicen la respiración y reinicien el proceso.
Luego, estírense en la cama de frente, es decir viéndose uno
al otro. El hombre debe colocarse sobre su lado izquierdo y la mujer sobre el
lado derecho. Compartan un fuerte y prolongado abrazo. La respiración debe ser
en tiempos opuestos. Esto quiere decir que mientras uno exhala el otro inhala.
Esta práctica debe mantenerse hasta que se hayan calmado y la
respiración haya vuelto a la normalidad. Sería ideal que se quedaran dormidos,
mientras hacen esto. Pueden hablar y decirse palabras de amor o simplemente
pueden contemplarse y en silencio disfrutar del momento.
No debe permitirse que suceda un orgasmo, de esta manera, la
tensión sexual irá en aumento y además la atención no se dirige a un objetivo
final, sino que se focaliza únicamente en estar cerca y compartir un momento
verdaderamente íntimo y una experiencia sexual que vaya más allá del placer
físico.
Después de que hayan descansado y hayan digerido bien la cena,
es momento de compartir juntos el baño. Recuerden que el baño debe estar
aromatizado con inciensos y debe estar sutilmente alumbrado por la suave luz de
muchas velitas.
Durante el baño, báñense uno al otro, acaríciense y jueguen
con el agua. Pueden pintarse el cuerpo y luego quitarse la pintura con jabón,
lávense la espalda mutuamente, tóquense los pies, en fin descubran su cuerpo
con la ayuda del agua. Luego, séquense suavemente uno al otro.
Excítense dos veces al menos y no se permitan continuar hasta
el orgasmo, sino que deténganse y respiren. Disfruten de sus cuerpos y sientan
toda su piel. Jueguen con las sensaciones y utilicen la pluma o el hielo para
acariciarse sus cuerpos.
En este momento, es ideal que no hablen si no que se
comuniquen con gestos, suspiros, miradas y en general con lenguaje corporal.
Como ya se advirtió, no deben dejarse llevar hasta el orgasmo, ni deben llevar
la unión sexual al ámbito de la penetración, es sólo un deleite externo. Una
vez que se hayan detenido varias veces y hayan tenido que tranquilizarse varias
veces, den por terminada la sesión de hoy, acuéstense sobre los costados y
respiren en tiempos opuestos tal y como se hizo la y quédense dormidos mirándose
uno al otro o incluso abrazados.
El día siguiente empiecen por desayunar alimentándose uno a
otro. Después de haber hecho la digestión, deben proceder a sentarse en la cama
o en el piso, de manera que peguen las espaldas una contra otra.
Entonces, los dos deben decirse lo que más les gusta de su
propia forma de ser, desde cualidades físicas hasta de su personalidad. En esta
fase del ejercicio lo más importante es la honestidad, no vale mentir ni
ocultar información. Luego, describan lo que más les gusta de su pareja, tanto físicamente
como en el nivel de la personalidad o de la actitud. De nuevo, es fundamental
la sinceridad.
En esta posición, la
comunicación verdadera es más fácil, ya que se ha entrado en el aura del otro y
ese montón de emociones que se intuyen no se verán entorpecidas por la
intervención de la vista, es más, esto hace que los sentimientos se perciban
con más facilidad.
Seguidamente, deben ir a la cama o incluso en el mismo suelo y
empiecen a acariciarse para despertar el deseo y la pasión.
Ejercicio
El hombre deberá sentarse con las piernas cruzadas, sea en
medio loto o en loto completo. Para poder sostenerse mejor, puede apoyar la
espalda en la pared. La mujer se debe sentar en los regazos del hombre y debe
mirarlo directamente al rostro.
Las piernas de la mujer deben rodear al hombre por la espalda.
Luego, inicien la respiración que ya saben hacer a tiempos opuestos. Pero
ahora, se agregará la siguiente visualización.
El hombre debe observar directamente al ojo derecho de la
mujer, sin dejar de hacer la respiración, así se sentirá una corriente de
energía que saldrá del ojo de ella y entrará por el ojo izquierdo de él. Tal
energía debe ser visualizada por el hombre y debe verla saliendo por su falo y
entrando en la vagina de ella. De esta manera, se habrá formado un círculo
cerrado de energía entre la pareja.
Una vez que se hayan cansado, relájense y quédense en la cama,
uno al lado del otro compartiendo las sensaciones que experimentaron. Luego,
comiencen de nuevo a exitarse hasta llegar al momento preorgásmico, sin
permitirse continuar al siguiente estadio.
Para relajarse y regresar a la calma se debe repetir el ejercicio
del círculo de energía que explicamos antes. Hagan este proceso, es decir la
repetición del círculo de energía y la excitación hasta el momento
preorgásmico, al menos unas cinco veces, sin dejar que haya penetración y sin
permitirse alcanzar el orgasmo.
En el momento en que lo crean necesario, relájense, asuman la
posición de loto como antes, hagan la respiración a tiempos opuestos y realicen
la misma visualización. Seguidamente, repitan una vez más los juegos, las
caricias, y los besos. Cuando se encuentren totalmente alterados, asuman la
posición de loto, pero ahora si deberán realizar la unión completa, es decir la
penetración. Una vez que se encuentren bien acoplados, deben mirarse a los
ojos, iniciar la respiración de tiempos opuestos y la visualización. Conforme
esto ocurre, ambos deben recordar que se encuentran en una unión de dioses,
donde el hombre es un dios y la mujer es una diosa.
La sensación será maravillosa. Ahora, si no ocurriera un
orgasmo no hay por qué preocuparse, pues la relación sexual tántrica no busca
como último fin el orgasmo, por otro lado si tal ocurriera, también sería
excelente.
La pareja que realice por completo este ejercicio, habrá
adquirido mayor confianza y respeto en su relación, sus sentimientos se habrán
profundizado y además sexualmente habrán descubierto un mundo de percepciones
nuevas.
No obstante, es fundamental que todo haya sido con el
consentimiento sincero de ambos y que hayan verdaderamente disfrutado de cada
instante, ya no como un ejercicio sino como una forma de estar más cerca y de
descubrir un mundo nuevo de sensualidad y experiencias energéticas profundas.
El Masaje del Yoni
El yoni es el nombre sánscrito de la vagina
y significa Templo Sagrado, por lo que es notable como esta concepción resulta
mucho más respetuosa y poética que la de Occidente.
El masaje del yoni pretende que la mujer se
relaje antes de la unión sexual, que pueda disfrutar del deseo verdaderamente
para que se despierten todos su sentidos. Este masaje es muy recomendado pues
crea entre la pareja todo un vínculo de intimidad y confianza que hará que la
cópula sea más natural.
El contacto de la pareja se inicia con abrazos, cariños
sensuales, intercambio de largas miradas, un reconocimiento del cuerpo de
ambos, para provocar un sentimiento de seguridad y por lo tanto la
desinhibición de ambos.
Después de esta preparación, la mujer debe acostarse sobre su
espalda y apoyar la cabeza sobre almohadones para que pueda mantener contacto
visual con su compañero y observar sus genitales. Bajo su cadera, también debe
haber un cojín. Sus piernas deben estar totalmente separadas y levemente
dobladas, para que los genitales estén bien expuestos y el masaje pueda darse
con facilidad.
Por su parte, el hombre deberá sentarse
entre las piernas de la mujer, con sus piernas cruzadas o -si se puede- en
posición de loto. Antes de iniciar el masaje se debe hacer una sesión de
respiración profunda, lo que generará mayor disposición de ambos. La
respiración no debe olvidarse, ni siquiera en los momentos de mayor placer.
Cuando ella se olvide de hacerlo, su compañero debe recordárselo suave y
sutilmente.
El masaje no debe comenzar de primera
entrada, sino que primero se deben acariciar otras partes del cuerpo como las
piernas, las ingles, los pechos, el estómago, e irse acercando poco a poco al
Templo Sagrado, para que ella se vaya acostumbrando a la idea de ser acariciada
y vaya asimilando el placer que irá en aumento paulatinamente.
Después, se aplicará un aceite o lubricante especial para el
acto sexual en el montículo del yoni conocido como Monte de Venus. Así, el
aceite cubrirá toda la parte externa del yoni, y alcanzará los labios mayores,
lo que potenciará las sensaciones de la mujer y calentará la zona.
Ahora sí se procede al masaje, el cual debe iniciar en la zona
del Monte de Venus y los labios mayores. El masaje debe ser lento y suave, no
hay que apurarse ni provocar fuerte presión, hay que recordar que lo más
importante es el placer que se irá sintiendo, poco a poco.
Luego, con el dedo índice y el pulgar, el hombre debe sostener
delicadamente el labio mayor o exterior y apretar, mientras se desliza a lo
largo de ambos labios. Con calma, se procede de la misma forma con los labios
menores, y se toma el tiempo que se desee.
Mientras sucede esto, la mujer puede acariciar sus propios
pechos o simplemente puede disfrutar de lo que está ocurriendo sin olvidarse de
respirar profundamente. Es importante que se intercambien miradas lo más
posible, y que conversen poco, pero sensualmente. Ella incluso puede indicarle
a él, como le gusta que la acaricie y como se siente mejor.
Seguidamente, y con delicadeza se acaricia el clítoris de
forma circular y siguiendo las agujas del reloj, luego en el otro sentido. Con
el índice y el pulgar se presiona el clítoris suavemente. ante este estímulo la
mujer se excitará bastante, por lo que hay que tranquilizarla y hacer que
recuerde respirar profundamente.
A continuación, y con mucho cuidado, se introduce el dedo del
centro de la mano derecha en el yoni. El uso de la mano derecha es importante,
pues así se cuida la polaridad enérgica que indica el Tantra. Con este dedo se
explora el interior del yoni, cambiando de velocidad, de presión y de
dirección. La palma de la mano debe estar direccionada y presionando un poco
hacia arriba, mover el dedo que está adentro hacia la palma; esto alcanzará el
punto G (punto sagrado), y la mujer sentirá gran placer. También puede
introducirse el dedo anular y seguir con el masaje, mientras con el pulgar se
estimula suavemente el clítoris, esto provocará gran satisfacción.
Si la mujer está dispuesta se puede ir al siguiente nivel, e
introducir el dedo meñique de la mano derecha en el ano con ayuda del
lubricante. Eso sí, una vez que esto se ha hecho este dedo no debe introducirse
en la vagina. Según el Tantra, esta postura equivale a sostener los misterios
del universo en la mano.
La mano izquierda puede ayudar a estimular el clítoris o los
pechos de la mujer. No se recomienda que el hombre se toque a sí mismo, pues
perderá la concentración. Es importante mantener el ritmo de la respiración
(tanto él como ella), verse constantemente los ojos, y tener paciencia para
disfrutar totalmente del momento.
Si en estos momentos, la mujer suelta el llanto no hay que
preocuparse, es totalmente normal, pues sus emociones están siendo alteradas y
un efecto lógico de la tranquilidad, o el gran placer que siente pueden ser las
lágrimas. Eso sí, es importante asegurarse de que lo está disfrutando, pues
sólo así el masaje cumplirá su objetivo.
También es posible, que ella tenga uno o varios orgasmos. En
tal caso, se requiere que ella recupere el ritmo de la respiración, pero se
puede continuar con el masaje si ella lo desea. Muchas mujeres desarrollan la
capacidad multiorgásmica gracias a las prácticas tántricas.
Una vez que ella ya no desea más masaje, el hombre debe
detenerse suavemente, y respetuosamente retirar su mano del yoni. Ahora es
momento para disfrutar de las reminiscencias del masaje. Pueden abrazarse y
descansar muy cerca. Esto unirá mucho a la pareja.
El Masaje del Lingam
La palabra sánscrita para denominar el órgano sexual masculino
es Lingam, y le da una connotación muy respetuosa, ya que significa Báculo de
Luz que canaliza la energía y el placer.
El masaje del Lingam tiene como propósito relajar al hombre y
llevarlo al contacto con su lado más sensible. La relación de la pareja se
vuelve más respetuosa, y además los papeles tradicionales de los sexos se ven
intercambiados lo cual es muy sano para la apertura de la mente.
El masaje del Lingam fortalece los vínculos de intimidad que
existen en la pareja, y además sana algún trauma, experiencia o
condicionamiento negativo que haya existido hacia el sexo. Por eso, el orgasmo
y la eyaculación no son el objetivo primordial de este masaje, sino la exploración
de una nueva forma de placer que no esté condicionada por factores
tradicionales como alcanzar precisamente ese momento cumbre o climax.
Para realizar este masaje es importante prepararse tanto
espirtual como físicamente. Se recomienda que la pareja se de un buen baño
relajante. Luego, hay que respirar profundamente y vaciar el estómago, pues la
experiencia sexual es más placentera si se está totalmente vacío.
Para que la pareja se conecte, es una buena idea -al igual que
con el masaje del Yoni- acercarse y acariciarse tiernamente, abrazarse y verse
los ojos, con la idea de derribar las fronteras o murallas que estén separando
a la pareja.
Luego, el hombre debe recostarse sobre su espalda, encima de
almohadones que le levanten el torso y la cabeza. Sus piernas deben estar
cómodamente separadas con las rodillas un poco dobladas, y los genitales
totalmente expuestos para que el masaje sea totalmente efectivo.
Tomar un poco de lubricante sexual y esparcirlo tanto por el
lingam como por los testículos. Con mucha delicadeza, la mujer debe iniciar el
masaje en los testículos y en el escroto, provocando que toda el área se
relaje. Luego, se acaricia suavemente el hueso púbico o pélvico y el perineo.
Cuando se llegue a esta zona hay que ser especialmente cuidadosa, pues el
perineo (que se encuentra entre los testículos y el ano) es una zona que casi
ningún hombre heterosexual ha permitido que le toquen.
Posteriormente, se procede a acariciar el cuerpo o asta del
Lingam, variando la presión y la velocidad, para que el estímulo varíe de
intensidad y resulte más placentero. Hay que recordar que el hombre estará
asumiendo una posición pasiva que no necesariamente le es familiar, por lo que
no hay que permitirle moverse. Hay que mirarlo a los ojos, recordarle que
respire profundamente y pedirle que se deje satisfacer con palabras dulces.
Con la mano derecha, se presiona la base del lingam, luego se
desliza hacia arriba y luego hacia abajo, pero alternando con la mano
izquierda. Mantener estos movimientos durante cierto tiempo, y después empezar
a presionar en la cabeza del Lingam, y seguir alternando de manos.
Ahora, hay que masajear la parte de arriba o cabeza del Lingam
como si se fuera a exprimir una fruta. Si la erección se pierde un poco, no hay
de que preocuparse. Es totalmente normal, y de hecho es muy positivo si se ve
desde el Tantra, pues es como pasear por todo el espectro del placer.
Si el momento del orgasmo o eyaculación se acerca, hay que
detener un poco la estimulación, pues este no es el objetivo. Para el tantra alargar
lo más que se pueda el momento de la eyaculación es una forma de obtener más
placer, de despertar el Kundalini, flujo energético en el cuerpo humano, y una
forma de que el hombre pueda volverse multiorgásmico.
Seguidamente, se masajea el Punto Sagrado o perineo que se
encuentra entre el ano y los testículos. Hay que ser muy delicado, pues si no
puede causar dolor. La línea divisoria entre el placer y el dolor es muy
pequeña. Este masaje se hace con la izquierda, mientras se acaricia el Lingam con
la derecha.
Después, si ya él siente deseos de llegar al orgasmo, entonces
déjalo, pero recuérdale respirar mientras lo experimenta, para que así el
momento sea sublime.
Una vez que se ha terminado el masaje,
puedes quedarte con él en un tierno abrazo o si él lo prefiere, entonces déjalo
sólo para que saboree lo que acaba de ocurrir en toda su magnitud.
Sexo
Oral
La mujer o Shakti y
el hombre o Shakta se recuestan sobre el lado derecho. La cabeza de cada
uno se debe oponer a la zona genital del otro. Shakta debe deslizar su
mano derecha por debajo de los muslos de la mujer, y reposar su cabeza entre
los muslos de ella. Luego, él debe humedecer con su saliva sus dedos índice y
pulgar derechos y sellar firmemente el ano de su compañera con el índice, al
mismo tiempo que introduce su dedo pulgar en el yoni o vagina. Entonces, él
posa su boca sobre el yoni, y su lengua empieza a actuar sobre el
clítoris.
Por su parte,
Shakti encapsula con su boca el lingam (pene) de su compañero,
cerrando el orificio de la punta con la lengua y presionando el ano con el
tercer dedo de su mano derecha. Los otros dedos deben acariciar el perineo y el
escroto.
Esta postura
llamada Kakisana o Postura de la Corona, induce un orgasmo suave
y permite que la consciencia del dios y la diosa se congelen en una inmovilidad
trascendente.
Las Posiciones
Tántricas
La unión o yoga del yoni o
vagina y el lingam o el pene, se logra según el tantra en una posición sentada,
donde la mujer se ubica sobre el hombre, frente a él y a horcajadas.
Esta posición denominada
erecta garantiza una nueva dimensión del orgasmo y una reafirmación de la
experiencia sexual.
Llama la atención que en
esta postura es la mujer la que tiene la parte activa, y que de esta manera la
sexualidad tántrica invierte o subvierte los papeles establecidos por la
sociedad, donde el hombre es el que tiene el papel activo y la mujer es
totalmente pasiva.
Esto especialmente se debe
a que el yoni encierra el lingam en esta postura y extrae de él todas las
energías viriles, además no le permite salirse ni resbalarse hacia afuera,
incluso bastante tiempo después de la eyaculación.
Además, esta es la postura
clásica tántrica porque se centra más en el carácter mágico y mítico que en el
objetivo de reproducción, pues el semen tiende a salirse del útero debido a la
fuerza de gravedad.
La mayor ventaja que existe para la mujer
es que esta postura posibilita una directa y constante estimulación del
clítoris, por lo que ella puede alcanzar altos niveles de estimulación.
Masajes eróticos, mimos de pareja
Un masaje debe tener la intención de
tranquilizar, relajar, estimular o sencillamente mimar.
- Tomarse el trabajo de preparar
adecuadamente la escena: un lugar acogedor e íntimo, una iluminación tenue,
velas aromáticas, música de fondo, una hora en la que no te interrumpan, una
cama no demasiado blanda o sencillamente el piso con los cojines necesarios.
- Conocer al dedillo el cuerpo de tu amante, no sólo para que el masaje sea efectivo, sino para que disfrutes. Verificar que sabes y puedes estimular y dar el masaje justo donde debes hacerlo.
- Estar cómodos y los dos desnudos.
- Tener las manos tibias y, de vez en
cuando, dejarles caer algunas gotitas de un aceite con beneficios eróticos.
- Estar dispuesta a alternar las funciones de dar y recibir el masaje. Disfrutar de ambas al máximo. En el momento de dar placer, concéntrate; cuando te toque recibir, goza cada segundo.
- Comenzar la sesión con un masaje exploratorio y suave por todo el cuerpo, dejando para el final los genitales, pechos y zonas más erógenas. De otra forma es muy probable que precipites el coito final y pierdas el propósito original de alimentar el erotismo, ese preámbulo al sexo que multiplica infinitamente el placer.
- Incluir, además de las suaves y sensuales caricias, otros estímulos como besar, lamer, soplar y palpar el cuerpo de tu pareja con el pecho o el cabello. Puedes dar rienda suelta a tu creatividad e imaginación y usar plumas, telas y otras texturas suaves para friccionar la piel.
- Usar el aceite potencialmente erótico también para masajear los genitales, eso eleva la sensación de placer y evita molestias.
- La espalda puede ser un excelente comienzo, y particularmente acariciar los costados y la zona encima de los glúteos. Estos mimos pueden ir acompañados de susurros eróticos al oído.
- Acariciar el cuero cabelludo, con movimientos circulares y envolventes estimula las fantasías sexuales que el cerebro genera.
- Rozar suavemente las orejas con la yema de los dedos activa una de las zonas erógenas más sensibles en ambos sexos. Acompaña esas caricias con palabras calientes.
- La zona de cuello y nuca son especialmente perceptivas si combinamos el masaje de manos y dedos con la lengua y los labios.
- Tocar con delicadeza la parte externa de los muslos el masaje produce relax, mientras que la interna desata sensaciones más intensas y sensuales.
- Los pies merecen una atención especial pues deben evitarse las explosivas cosquillas que romperían en encanto. En cambio son muy estimulantes las caricias en cada dedo por separado y en particular en ese huesito que sobresale cerca del tobillo.
Prolongando
el acto sexual con ejercicios tántricos
Se trata sobre
tener un sexo prolongado, y un orgasmo por todo el cuerpo que dure más. Algunos
lo describen como si estuvieses "montando la ola" de la energía
sexual.
1. El hombre coloca su pene en la vagina de la
mujer, pero sin moverse; simplemente la deja descansar allí para sentir las
sensaciones que experimentan los dos juntos.
2. El hombre retira el pene de la vagina y lo
usa para masajear suavemente el clítoris y la apertura vaginal.
3. Después el hombre desliza su pene erecto de
vuelta dentro de su vagina.
4. Se repite este ciclo varias veces. La mayor
parte del tiempo, deberían sentir como si estuviesen a punto de alcanzar
el orgasmo.
5. Cuando finalmente decidas entregarte al orgasmo,
el pene debería permanecer dentro de la vagina, empujando suavemente
hasta llegar al clímax. El hombre también puede usar su pene para masajear el
clítoris de la mujer hasta que llegue al orgasmo.
Durante todos estos pasos, respiren juntos de la
forma que hicieron en el primer ejercicio. Continúen respirando y
concentrándose durante el orgasmo.
Esto podría darte la sensación de tener un orgasmo
por todo el cuerpo y no sólo en tus genitales.
Además, mantén tus ojos abiertos durante el sexo.
Muchas personas que practican el tantra dicen que sienten un amor incluso más
profundo e intenso cuando están mirándose a los ojos durante el orgasmo.
Otro
Ejercicio
Esta postura también se llama inversa
porque a diferencia de las formas tradicionales, la mujer está encima del
hombre.
- Él se debe
acostar de espaldas.
- Ella se
colocará encima de alguna de las tres formas que se detallan a
continuación:
- Viparita o posición
contraria
Ella se tenderá sobre el cuerpo del hombre, pecho contra pecho, al tiempo que le sujetará la cintura con las manos y moverá las caderas en todas direcciones. - Bhramara o posición
de abeja reina
Ella se sentará en cluclillas sobre los muslos de él, insertará el lingam en su yoni y cerrará con fuerza sus muslos, mientras moverá la cintura en forma circular. - Utthita uttana
Ella se sentará con las piernas cruzadas sobre los muslos de él, introducirá el lingam en su yoni y moverá la cintura hacia arriba y hacia abajo.
Masajes
Bríndale largos masajes
relajantes con esencias naturales a tu pareja para despertar
sus sentidos, embriaga su olfato con aromas intensos.
La menta, el sándalo, las rosas, son fragancias
infalibles a la hora del sexo.
Ejercicio
En un momento en el que sientas ganas de orinar y lo estés
haciendo, corta la emisión de orina y reconoce los músculos que pones en juego
para hacerlo.
Una vez que los tengas identificados, contraelos durante otro
momento en el que no estés orinando. ¿Los localizas?.
Contraer rítmicamente esos músculos de modo progresivo durante
algunas veces al día (comenzando con 10/15 veces) y relajándolos luego, mejora
la respuesta sexual.
Hazlo diariamente. Aumenta el número de contracciones de a 10
por día, y el tiempo en el que los mantienes contraídos, llegando a 50
contracciones diarias, de 5/8 segundos cada día.
Este ejercicio aumenta la plataforma orgásmica para las
mujeres, y la rigidez peneana para los hombres
Juego: durante 5 minutos contarán al otro
sus gustos y fantasías sexuales, y el otro no podrá interrumpirlo ni
intervenir. Una vez que los dos hicieron uso de sus 5 minutos respectivos,
entonces si podrán intercambiar respecto de lo que dijeron si quieren.
Luego pueden pactar dos encuentros
sexuales, uno le realice alguna fantasía al otro, y el segundo a la inversa.
Esto debe ser conversado con anterioridad.
Nunca te saltes la etapa de
los preliminares sexuales
Comprobado
está que las mujeres necesitan un tiempo mayor que los hombres, al menos 20
minutos, para que nuestros órganos lubriquen y se exciten adecuadamente. Nunca
restes importancia entonces a los besos, roces, caricias y a los juegos
amorosos. Esta etapa no solo hace posible el orgasmo, sino que es definitoria
en la intensidad del mismo.
Al clítoris... lo que le corresponde
Aunque
mucho se habla del Punto G y de la capacidad multiorgásmica de la vagina,
no olvides que la mayor parte de las mujeres tienen en el clítoris al
auténtico protagonista de casi todos sus orgasmos . No olvides
estimularlo como se merece.
¿ Que son las fantasías sexuales?
Son pensamientos e imágenes sobre temas sexuales
que nos llevan a sentir sensaciones corporales placenteras. Como están en
nuestra imaginación, en lo irreal, podemos transformar estos pensamientos o
imágenes en lo que más nos guste; no hay límites y todo está permitido: podemos
ser o hacer todo aquello que en nuestras vidas reales y sexuales no nos
permitimos.
¿ Que funciones tienen, para que sirven?
De alguna u otra manera, todos y todas tenemos
fantasías sexuales, como imágenes fugaces pasajeras involuntarias, o historias
con principio y fin que recreamos en nuestras mentes de manera voluntaria.
Las fantasías tienen una función muy importante en
nuestras vidas, y pueden servir para:
- Expresar nuestros deseos sexuales y nuestros sentimientos.
- Evadirnos de la vida real, de la monotonía, de lo que no nos gusta.
- Aumentar o iniciar la excitación sexual, tanto en relaciones
sexuales en pareja como con nosotr@s mism@s .
- Sentir excitación sexual sin ningún tipo de riesgo: sexo seguro.
- Descargar o liberar tensiones.
- Ensayar conductas sexuales que nunca hemos llevado a la práctica:
podemos anticipar situaciones, dificultades, miedos...
En definitiva, forman parte de toda nuestra
sexualidad, y sirven para lo que cada uno/a quiera que sirvan, pues podemos
transformar todo nuestro mundo real en lo que queramos.
¿ Podemos compartir nuestras fantasías?
A veces las podemos compartir con nuestras parejas,
y ello puede aumentar el nivel de comunicación. Otras veces, podemos considerar
que son algo intimo y personal.
Preferimos no compartirlas o por vergüenza o porque
por ejemplo consideremos que si le hablamos a nuestra pareja de otra persona
que aparece en nuestras fantasías, no le va a gustar, se va a sentir molest@,
celos@, desconfiad@...
Hay veces que tampoco las compartimos porque
pensamos que podemos exigir mucho a la pareja, que se sienta incomod@ u
obligado a llevar a cabo la fantasía o a interpretar un papel.
El caso es que cada cual decide que hacer con sus
fantasías, si guardarlas o no, compartirlas o no: son patrimonio exclusivo de
cada un@. Cada persona tendrá que valorar si compartir sus fantasías tendrá
consecuencias negativas o positivas en sus relaciones.
¿ Que tipos de fantasías sexuales son más comunes?
Hay fantasías que se producen de manera voluntaria
y solemos recurrir a ellas con cierta frecuencia o en determinadas
circunstancias (mientras nos masturbamos, en el coito...) porque nos producen
placer;
Estas pueden ser las más comunes:
- Un recuerdo de algo que nos gusta; (un beso, una caricia, una
mirada... o imágenes sacadas de un libro o una película).
- Algo que no hemos vivido pero que nos gustaría que nos ocurriera
(enamoramiento).
- Algo que no hemos vivido y que jamas lleváramos a cabo, porque
están enfrentadas al sistema de valores ( una experiencia sexual forzada
con violencia, infidelidades...). Estas suelen ser muy creativas sino nos
causa ningún tipo de temor y podemos disfrutar con ellas.
El contenido sexual de las fantasías puede ser
totalmente genital o global, en los que intervienen otros componentes como los
afectos, las caricias, los juegos...
Podemos ser l@s protagonistas y tomar parte activa
o ser mer@s espectador@s.
No hay fantasías buenas o malas, mejores o peores,
sino las que expresan deseos y emociones sexuales.
Hay otras que no aparecen de manera voluntaria y
que se producen de manera espontanea. Se pueden dar de manera repetida y crear
sentimientos contradictorios de culpa, de ansiedad. Este tipo puede inhibir por
completo el deseo sexual, o por el contrario producir excitación sexual; suelen
incluir alguna forma de daño o castigo físico. Se llaman fantasías intrusas.
Hay un muchos tipos de fantasías, pero las más
comunes son las que giran en torno temas relacionados con:
- amorosas y románticas
- homosexuales.
- sadomasoquistas.
- incesto.
- Forcejeo.
- dominio/sumisión.
¿Cuales son los contenidos más frecuentes de las
fantasías?
Los contenidos de las imágenes eróticas pueden ser
ilimitados y múltiples, pero los más frecuentes serian:
- Lo prohibido o lo nunca experimentado situaciones que nunca hemos
experimentado en la vida real, por la carga prohibida que conlleva o por
estar en contra de nuestras creencias: relaciones sexuales en lugares
públicos, la prostitucion, relaciones sexuales con animales. Se suelen
utilizar para vencer la rutina, la monotonía en las relaciones sexuales.
- fantasías en las que somos conquistad@s, sometid@s mediante
ordenes, humillaciones...
- Cambio de pareja: Este tipo de fantasía es una de las mas
corrientes, ya que pensamos que tenemos relaciones sexuales con otra
persona distinta a nuestra pareja.
- Sexualidad en grupo: Orgías con amistades, relaciones sexuales con
mas de 1 persona del mismo o de distinto sexo.
- Relaciones sexuales en lugares paradisiacos y románticos. Están muy
presentes el amor, el enamoramiento, la atracción.
Fantasías
Se
ha demostrado que las fantasías sexuales son únicamente una búsqueda de
placer mediante ensoñaciones eróticas que excitan sexualmente a quien piensa en
ellas.
Mujer, 19 años: "Mi
fantasía es que me unten con helado de chocolate todo el cuerpo y que me chupen
y me rechupen hasta que no quede nada de helado”.
Mujer, 20 años: “Mi gran
fantasía es tener a un hombre amarrado con cadenas a la cama, untarle miel por
todo el cuerpo y quitársela con la lengua de pies a cabeza”.