viernes, 23 de mayo de 2014

Hablemos de Tantra


Técnicas del tantra
La práctica de las técnicas del Tantra, permite a través de una serie de posiciones, ejercicios y masajes, aplicar la sabiduría tántrica al arte de hacer el amor, para experimentar el sexo, no sólo como búsqueda del placer genital, sino como camino hacia el orgasmo tántrico, el éxtasis y, en definitiva, la sexualidad espiritual.
Se dice que aumenta y prolonga la conexión que existe entre los amantes durante el sexo. Proviene de las filosofías taoísta y budista.
El sexo tántrico enseña que la sexualidad es parte de todo el ser, una unión mental, física y espiritual. Una de las filosofías taoistas básicas sostiene que el sexo - como la vida - no se trata del destino, sino del viaje.

Practicar sexo tántrico es alejarse del sexo convencional, al que tan habituados estamos en esta sociedad occidental que busca el orgasmo rápido y, por ende, la eyaculación. El sexo tántrico es abandonarse a la creatividad, al juego, al deleite de los sentidos y es creer en la paciencia necesaria para lograr un instante de placer infinito, a la manera oriental, ceremoniosa, duradera e intensamente larga. Por ello, la persona que tenga prisas que ni lo intente porque el sexo tántrico se basa en encuentros largos y relajados, sin prisas. Se venera el éxtasis y se busca un placer más prolongado a través del deleite de los sentidos, sensaciones y emociones.
La práctica de las técnicas del amor tántrico te abrirán las puertas a la experiencia de la sexualidad espiritual. Mediante los masajes, posiciones y ejercicios tántricos para un sexo pleno, podrás sentir el amor mágico, que sólo es vivenciable a través del Tantra, el arte del amor consciente.

 Ante todo, ten en cuenta que la respiración tántrica es fundamental en la práctica de los ejercicios tántricos para retardar la eyaculación.

Para iniciar este plan se requieren hacer varios preparativos. 
L
o primero que hay que hacer es relajarse y liberar tensiones. Así, mientras uno de los dos se dedica a preparar la habitación para el feliz encuentro, el otro puede irse bañando con agua aromatizada. Luego, se cambian lo papeles. Así, se inicia la aventura.
Durante esta circunstancia el juego será fundamental. Si bien, la seriedad es necesaria pues también lo es la risa. Esto no es una obligación y se supone que los dos se sientan muy bien, disfruten y experimenten un verdadero regocijo.
Cuando hagan conversación, recuerda que no deben hablar de nada más que no sea sus sentimientos y el fin de semana como tal. No deben hablar de trabajo, ni de los hijos, ni de la suegra, o los estudios. Dedíquense sólo a la conversación íntima.
Seguidamente, pongan su música favorita y comiencen a bailar. Acerquen sus cuerpos, acaríciense y sientan la aproximación entre ambos.
Todo esto se hace con calma. No hay prisa, ni nada que los presione. Por eso, disfruten del momento y olvídense del tiempo. Ahora, se procede a apagar casi todas las velas, sólo unas cuantas deben quedar encendidas. Recuerda asegurarte de que no vayan a caerse y provocar un incendio.

Ahora, vayan a la cama. Una vez ahí y sin quitarse las ropas elegidas empiecen a acariciarse y a besarse mucho. Las caricias pueden ir aumentando su pasión y pueden acariciar los lugares más erógenos. Es importante que cada uno sepa que lo que está haciendo, es placentero para el otro. Por eso, deben indagar y preguntarse mutuamente si lo encuentra excitante, o si prefiere que lo toquen en otro lugar o con diferente intensidad. 
Si se aproxima un orgasmo, detengan las caricias. Relájense, hablen de otra cosa, tranquilicen la respiración y reinicien el proceso.
Luego, estírense en la cama de frente, es decir viéndose uno al otro. El hombre debe colocarse sobre su lado izquierdo y la mujer sobre el lado derecho. Compartan un fuerte y prolongado abrazo. La respiración debe ser en tiempos opuestos. Esto quiere decir que mientras uno exhala el otro inhala.
Esta práctica debe mantenerse hasta que se hayan calmado y la respiración haya vuelto a la normalidad. Sería ideal que se quedaran dormidos, mientras hacen esto. Pueden hablar y decirse palabras de amor o simplemente pueden contemplarse y en silencio disfrutar del momento.
No debe permitirse que suceda un orgasmo, de esta manera, la tensión sexual irá en aumento y además la atención no se dirige a un objetivo final, sino que se focaliza únicamente en estar cerca y compartir un momento verdaderamente íntimo y una experiencia sexual que vaya más allá del placer físico.
Después de que hayan descansado y hayan digerido bien la cena, es momento de compartir juntos el baño. Recuerden que el baño debe estar aromatizado con inciensos y debe estar sutilmente alumbrado por la suave luz de muchas velitas.
Durante el baño, báñense uno al otro, acaríciense y jueguen con el agua. Pueden pintarse el cuerpo y luego quitarse la pintura con jabón, lávense la espalda mutuamente, tóquense los pies, en fin descubran su cuerpo con la ayuda del agua. Luego, séquense suavemente uno al otro.
Excítense dos veces al menos y no se permitan continuar hasta el orgasmo, sino que deténganse y respiren. Disfruten de sus cuerpos y sientan toda su piel. Jueguen con las sensaciones y utilicen la pluma o el hielo para acariciarse sus cuerpos.
En este momento, es ideal que no hablen si no que se comuniquen con gestos, suspiros, miradas y en general con lenguaje corporal. Como ya se advirtió, no deben dejarse llevar hasta el orgasmo, ni deben llevar la unión sexual al ámbito de la penetración, es sólo un deleite externo. Una vez que se hayan detenido varias veces y hayan tenido que tranquilizarse varias veces, den por terminada la sesión de hoy, acuéstense sobre los costados y respiren en tiempos opuestos tal y como se hizo la y quédense dormidos mirándose uno al otro o incluso abrazados.
El día siguiente empiecen por desayunar alimentándose uno a otro. Después de haber hecho la digestión, deben proceder a sentarse en la cama o en el piso, de manera que peguen las espaldas una contra otra.
Entonces, los dos deben decirse lo que más les gusta de su propia forma de ser, desde cualidades físicas hasta de su personalidad. En esta fase del ejercicio lo más importante es la honestidad, no vale mentir ni ocultar información. Luego, describan lo que más les gusta de su pareja, tanto físicamente como en el nivel de la personalidad o de la actitud. De nuevo, es fundamental la sinceridad.
 En esta posición, la comunicación verdadera es más fácil, ya que se ha entrado en el aura del otro y ese montón de emociones que se intuyen no se verán entorpecidas por la intervención de la vista, es más, esto hace que los sentimientos se perciban con más facilidad.
Seguidamente, deben ir a la cama o incluso en el mismo suelo y empiecen a acariciarse para despertar el deseo y la pasión.

Ejercicio
El hombre deberá sentarse con las piernas cruzadas, sea en medio loto o en loto completo. Para poder sostenerse mejor, puede apoyar la espalda en la pared. La mujer se debe sentar en los regazos del hombre y debe mirarlo directamente al rostro.
Las piernas de la mujer deben rodear al hombre por la espalda. Luego, inicien la respiración que ya saben hacer a tiempos opuestos. Pero ahora, se agregará la siguiente visualización.
El hombre debe observar directamente al ojo derecho de la mujer, sin dejar de hacer la respiración, así se sentirá una corriente de energía que saldrá del ojo de ella y entrará por el ojo izquierdo de él. Tal energía debe ser visualizada por el hombre y debe verla saliendo por su falo y entrando en la vagina de ella. De esta manera, se habrá formado un círculo cerrado de energía entre la pareja.
Una vez que se hayan cansado, relájense y quédense en la cama, uno al lado del otro compartiendo las sensaciones que experimentaron. Luego, comiencen de nuevo a exitarse hasta llegar al momento preorgásmico, sin permitirse continuar al siguiente estadio.
Para relajarse y regresar a la calma se debe repetir el ejercicio del círculo de energía que explicamos antes. Hagan este proceso, es decir la repetición del círculo de energía y la excitación hasta el momento preorgásmico, al menos unas cinco veces, sin dejar que haya penetración y sin permitirse alcanzar el orgasmo.
En el momento en que lo crean necesario, relájense, asuman la posición de loto como antes, hagan la respiración a tiempos opuestos y realicen la misma visualización. Seguidamente, repitan una vez más los juegos, las caricias, y los besos. Cuando se encuentren totalmente alterados, asuman la posición de loto, pero ahora si deberán realizar la unión completa, es decir la penetración. Una vez que se encuentren bien acoplados, deben mirarse a los ojos, iniciar la respiración de tiempos opuestos y la visualización. Conforme esto ocurre, ambos deben recordar que se encuentran en una unión de dioses, donde el hombre es un dios y la mujer es una diosa.
La sensación será maravillosa. Ahora, si no ocurriera un orgasmo no hay por qué preocuparse, pues la relación sexual tántrica no busca como último fin el orgasmo, por otro lado si tal ocurriera, también sería excelente.
La pareja que realice por completo este ejercicio, habrá adquirido mayor confianza y respeto en su relación, sus sentimientos se habrán profundizado y además sexualmente habrán descubierto un mundo de percepciones nuevas. 
No obstante, es fundamental que todo haya sido con el consentimiento sincero de ambos y que hayan verdaderamente disfrutado de cada instante, ya no como un ejercicio sino como una forma de estar más cerca y de descubrir un mundo nuevo de sensualidad y experiencias energéticas profundas.

El Masaje del Yoni
El yoni es el nombre sánscrito de la vagina y significa Templo Sagrado, por lo que es notable como esta concepción resulta mucho más respetuosa y poética que la de Occidente.
El masaje del yoni pretende que la mujer se relaje antes de la unión sexual, que pueda disfrutar del deseo verdaderamente para que se despierten todos su sentidos. Este masaje es muy recomendado pues crea entre la pareja todo un vínculo de intimidad y confianza que hará que la cópula sea más natural.
El contacto de la pareja se inicia con abrazos, cariños sensuales, intercambio de largas miradas, un reconocimiento del cuerpo de ambos, para provocar un sentimiento de seguridad y por lo tanto la desinhibición de ambos.
Después de esta preparación, la mujer debe acostarse sobre su espalda y apoyar la cabeza sobre almohadones para que pueda mantener contacto visual con su compañero y observar sus genitales. Bajo su cadera, también debe haber un cojín. Sus piernas deben estar totalmente separadas y levemente dobladas, para que los genitales estén bien expuestos y el masaje pueda darse con facilidad.
    Por su parte, el hombre deberá sentarse entre las piernas de la mujer, con sus piernas cruzadas o -si se puede- en posición de loto. Antes de iniciar el masaje se debe hacer una sesión de respiración profunda, lo que generará mayor disposición de ambos. La respiración no debe olvidarse, ni siquiera en los momentos de mayor placer. Cuando ella se olvide de hacerlo, su compañero debe recordárselo suave y sutilmente.
    El masaje no debe comenzar de primera entrada, sino que primero se deben acariciar otras partes del cuerpo como las piernas, las ingles, los pechos, el estómago, e irse acercando poco a poco al Templo Sagrado, para que ella se vaya acostumbrando a la idea de ser acariciada y vaya asimilando el placer que irá en aumento paulatinamente.
Después, se aplicará un aceite o lubricante especial para el acto sexual en el montículo del yoni conocido como Monte de Venus. Así, el aceite cubrirá toda la parte externa del yoni, y alcanzará los labios mayores, lo que potenciará las sensaciones de la mujer y calentará la zona.
Ahora sí se procede al masaje, el cual debe iniciar en la zona del Monte de Venus y los labios mayores. El masaje debe ser lento y suave, no hay que apurarse ni provocar fuerte presión, hay que recordar que lo más importante es el placer que se irá sintiendo, poco a poco.
Luego, con el dedo índice y el pulgar, el hombre debe sostener delicadamente el labio mayor o exterior y apretar, mientras se desliza a lo largo de ambos labios. Con calma, se procede de la misma forma con los labios menores, y se toma el tiempo que se desee.
Mientras sucede esto, la mujer puede acariciar sus propios pechos o simplemente puede disfrutar de lo que está ocurriendo sin olvidarse de respirar profundamente. Es importante que se intercambien miradas lo más posible, y que conversen poco, pero sensualmente. Ella incluso puede indicarle a él, como le gusta que la acaricie y como se siente mejor.
Seguidamente, y con delicadeza se acaricia el clítoris de forma circular y siguiendo las agujas del reloj, luego en el otro sentido. Con el índice y el pulgar se presiona el clítoris suavemente. ante este estímulo la mujer se excitará bastante, por lo que hay que tranquilizarla y hacer que recuerde respirar profundamente.
A continuación, y con mucho cuidado, se introduce el dedo del centro de la mano derecha en el yoni. El uso de la mano derecha es importante, pues así se cuida la polaridad enérgica que indica el Tantra. Con este dedo se explora el interior del yoni, cambiando de velocidad, de presión y de dirección. La palma de la mano debe estar direccionada y presionando un poco hacia arriba, mover el dedo que está adentro hacia la palma; esto alcanzará el punto G (punto sagrado), y la mujer sentirá gran placer. También puede introducirse el dedo anular y seguir con el masaje, mientras con el pulgar se estimula suavemente el clítoris, esto provocará gran satisfacción.
Si la mujer está dispuesta se puede ir al siguiente nivel, e introducir el dedo meñique de la mano derecha en el ano con ayuda del lubricante. Eso sí, una vez que esto se ha hecho este dedo no debe introducirse en la vagina. Según el Tantra, esta postura equivale a sostener los misterios del universo en la mano. 
La mano izquierda puede ayudar a estimular el clítoris o los pechos de la mujer. No se recomienda que el hombre se toque a sí mismo, pues perderá la concentración. Es importante mantener el ritmo de la respiración (tanto él como ella), verse constantemente los ojos, y tener paciencia para disfrutar totalmente del momento.
Si en estos momentos, la mujer suelta el llanto no hay que preocuparse, es totalmente normal, pues sus emociones están siendo alteradas y un efecto lógico de la tranquilidad, o el gran placer que siente pueden ser las lágrimas. Eso sí, es importante asegurarse de que lo está disfrutando, pues sólo así el masaje cumplirá su objetivo.
También es posible, que ella tenga uno o varios orgasmos. En tal caso, se requiere que ella recupere el ritmo de la respiración, pero se puede continuar con el masaje si ella lo desea. Muchas mujeres desarrollan la capacidad multiorgásmica gracias a las prácticas tántricas.
Una vez que ella ya no desea más masaje, el hombre debe detenerse suavemente, y respetuosamente retirar su mano del yoni. Ahora es momento para disfrutar de las reminiscencias del masaje. Pueden abrazarse y descansar muy cerca. Esto unirá mucho a la pareja.

El Masaje del Lingam
La palabra sánscrita para denominar el órgano sexual masculino es Lingam, y le da una connotación muy respetuosa, ya que significa Báculo de Luz que canaliza la energía y el placer.
El masaje del Lingam tiene como propósito relajar al hombre y llevarlo al contacto con su lado más sensible. La relación de la pareja se vuelve más respetuosa, y además los papeles tradicionales de los sexos se ven intercambiados lo cual es muy sano para la apertura de la mente.
El masaje del Lingam fortalece los vínculos de intimidad que existen en la pareja, y además sana algún trauma, experiencia o condicionamiento negativo que haya existido hacia el sexo. Por eso, el orgasmo y la eyaculación no son el objetivo primordial de este masaje, sino la exploración de una nueva forma de placer que no esté condicionada por factores tradicionales como alcanzar precisamente ese momento cumbre o climax.
Para realizar este masaje es importante prepararse tanto espirtual como físicamente. Se recomienda que la pareja se de un buen baño relajante. Luego, hay que respirar profundamente y vaciar el estómago, pues la experiencia sexual es más placentera si se está totalmente vacío.
Para que la pareja se conecte, es una buena idea -al igual que con el masaje del Yoni- acercarse y acariciarse tiernamente, abrazarse y verse los ojos, con la idea de derribar las fronteras o murallas que estén separando a la pareja.
Luego, el hombre debe recostarse sobre su espalda, encima de almohadones que le levanten el torso y la cabeza. Sus piernas deben estar cómodamente separadas con las rodillas un poco dobladas, y los genitales totalmente expuestos para que el masaje sea totalmente efectivo.
Tomar un poco de lubricante sexual y esparcirlo tanto por el lingam como por los testículos. Con mucha delicadeza, la mujer debe iniciar el masaje en los testículos y en el escroto, provocando que toda el área se relaje. Luego, se acaricia suavemente el hueso púbico o pélvico y el perineo. Cuando se llegue a esta zona hay que ser especialmente cuidadosa, pues el perineo (que se encuentra entre los testículos y el ano) es una zona que casi ningún hombre heterosexual ha permitido que le toquen.
Posteriormente, se procede a acariciar el cuerpo o asta del Lingam, variando la presión y la velocidad, para que el estímulo varíe de intensidad y resulte más placentero. Hay que recordar que el hombre estará asumiendo una posición pasiva que no necesariamente le es familiar, por lo que no hay que permitirle moverse. Hay que mirarlo a los ojos, recordarle que respire profundamente y pedirle que se deje satisfacer con palabras dulces.
Con la mano derecha, se presiona la base del lingam, luego se desliza hacia arriba y luego hacia abajo, pero alternando con la mano izquierda. Mantener estos movimientos durante cierto tiempo, y después empezar a presionar en la cabeza del Lingam, y seguir alternando de manos.
Ahora, hay que masajear la parte de arriba o cabeza del Lingam como si se fuera a exprimir una fruta. Si la erección se pierde un poco, no hay de que preocuparse. Es totalmente normal, y de hecho es muy positivo si se ve desde el Tantra, pues es como pasear por todo el espectro del placer.
Si el momento del orgasmo o eyaculación se acerca, hay que detener un poco la estimulación, pues este no es el objetivo. Para el tantra alargar lo más que se pueda el momento de la eyaculación es una forma de obtener más placer, de despertar el Kundalini, flujo energético en el cuerpo humano, y una forma de que el hombre pueda volverse multiorgásmico.
Seguidamente, se masajea el Punto Sagrado o perineo que se encuentra entre el ano y los testículos. Hay que ser muy delicado, pues si no puede causar dolor. La línea divisoria entre el placer y el dolor es muy pequeña. Este masaje se hace con la izquierda, mientras se acaricia el Lingam con la derecha.
Después, si ya él siente deseos de llegar al orgasmo, entonces déjalo, pero recuérdale respirar mientras lo experimenta, para que así el momento sea sublime.
    Una vez que se ha terminado el masaje, puedes quedarte con él en un tierno abrazo o si él lo prefiere, entonces déjalo sólo para que saboree lo que acaba de ocurrir en toda su magnitud.

Sexo Oral
La mujer o Shakti y el hombre o Shakta se recuestan sobre el lado derecho. La cabeza de cada uno se debe oponer a la zona genital del otro. Shakta debe deslizar su mano derecha por debajo de los muslos de la mujer, y reposar su cabeza entre los muslos de ella. Luego, él debe humedecer con su saliva sus dedos índice y pulgar derechos y sellar firmemente el ano de su compañera con el índice, al mismo tiempo que introduce su dedo pulgar en el yoni o vagina. Entonces, él posa su boca sobre el yoni, y su lengua empieza a actuar sobre el clítoris.
   Por su parte, Shakti encapsula con su boca el lingam (pene) de su compañero, cerrando el orificio de la punta con la lengua y presionando el ano con el tercer dedo de su mano derecha. Los otros dedos deben acariciar el perineo y el escroto.
   Esta postura llamada Kakisana o Postura de la Corona, induce un orgasmo suave y permite que la consciencia del dios y la diosa se congelen en una inmovilidad trascendente.

Las Posiciones Tántricas
La unión o yoga del yoni o vagina y el lingam o el pene, se logra según el tantra en una posición sentada, donde la mujer se ubica sobre el hombre, frente a él y a horcajadas.
Esta posición denominada erecta garantiza una nueva dimensión del orgasmo y una reafirmación de la experiencia sexual.
Llama la atención que en esta postura es la mujer la que tiene la parte activa, y que de esta manera la sexualidad tántrica invierte o subvierte los papeles establecidos por la sociedad, donde el hombre es el que tiene el papel activo y la mujer es totalmente pasiva.
Esto especialmente se debe a que el yoni encierra el lingam en esta postura y extrae de él todas las energías viriles, además no le permite salirse ni resbalarse hacia afuera, incluso bastante tiempo después de la eyaculación.
Además, esta es la postura clásica tántrica porque se centra más en el carácter mágico y mítico que en el objetivo de reproducción, pues el semen tiende a salirse del útero debido a la fuerza de gravedad.
La mayor ventaja que existe para la mujer es que esta postura posibilita una directa y constante estimulación del clítoris, por lo que ella puede alcanzar altos niveles de estimulación.

Masajes eróticos, mimos de pareja
Un masaje debe tener la intención de tranquilizar, relajar, estimular o sencillamente mimar.

- Tomarse el trabajo de preparar adecuadamente la escena: un lugar acogedor e íntimo, una iluminación tenue, velas aromáticas, música de fondo, una hora en la que no te interrumpan, una cama no demasiado blanda o sencillamente el piso con los cojines necesarios.

- Conocer al dedillo el cuerpo de tu amante, no sólo para que el masaje sea efectivo, sino para que disfrutes. Verificar que sabes y puedes estimular y dar el masaje justo donde debes hacerlo.

- Estar cómodos y los dos desnudos.

- Tener las manos tibias y, de vez en cuando, dejarles caer algunas gotitas de un aceite con beneficios eróticos.


- Estar dispuesta a alternar las funciones de dar y recibir el masaje. Disfrutar de ambas al máximo. En el momento de dar placer, concéntrate; cuando te toque recibir, goza cada segundo.

- Comenzar la sesión con un masaje exploratorio y suave por todo el cuerpo, dejando para el final los genitales, pechos y zonas más erógenas. De otra forma es muy probable que precipites el coito final y pierdas el propósito original de alimentar el erotismo, ese preámbulo al sexo que multiplica infinitamente el placer.

- Incluir, además de las suaves y sensuales caricias, otros estímulos como besar, lamer, soplar y palpar el cuerpo de tu pareja con el pecho o el cabello. Puedes dar rienda suelta a tu creatividad e imaginación y usar plumas, telas y otras texturas suaves para friccionar la piel.

- Usar el aceite potencialmente erótico también para
masajear los genitales, eso eleva la sensación de placer y evita molestias.

- La espalda puede ser un excelente comienzo, y particularmente acariciar los costados y la zona encima de los glúteos. Estos mimos pueden ir acompañados de susurros eróticos al oído.

- Acariciar el cuero cabelludo, con movimientos circulares y envolventes estimula las fantasías sexuales que el cerebro genera.

- Rozar suavemente las orejas con la yema de los dedos activa una de las zonas erógenas más sensibles en ambos sexos. Acompaña esas caricias con palabras calientes.

- La zona de cuello y nuca son especialmente perceptivas si combinamos el masaje de manos y dedos con la lengua y los labios.

- Tocar con delicadeza la parte externa de los muslos el masaje produce relax, mientras que la interna desata sensaciones más intensas y sensuales.

- Los pies merecen una atención especial pues deben evitarse las explosivas cosquillas que romperían en encanto. En cambio son muy estimulantes las caricias en cada dedo por separado y en particular en ese huesito que sobresale cerca del tobillo.


Prolongando el acto sexual con ejercicios tántricos
Se trata sobre tener un sexo prolongado, y un orgasmo por todo el cuerpo que dure más. Algunos lo describen como si estuvieses "montando la ola" de la energía sexual.

1. El hombre coloca su pene en la vagina de la mujer, pero sin moverse; simplemente la deja descansar allí para sentir las sensaciones que experimentan los dos juntos.

2. El hombre retira el pene de la vagina y lo usa para masajear suavemente el clítoris y la apertura vaginal.

3. Después el hombre desliza su pene erecto de vuelta dentro de su vagina.

4. Se repite este ciclo varias veces. La mayor parte del tiempo, deberían  sentir como si estuviesen a punto de alcanzar el orgasmo.

5. Cuando finalmente decidas entregarte al orgasmo, el pene debería  permanecer dentro de la vagina, empujando suavemente hasta llegar al clímax. El hombre también puede usar su pene para masajear el clítoris de la mujer hasta que llegue al orgasmo.

Durante todos estos pasos, respiren juntos de la forma que hicieron en el primer ejercicio. Continúen respirando y concentrándose durante el orgasmo.
Esto podría darte la sensación de tener un orgasmo por todo el cuerpo y no sólo en tus genitales.

Además, mantén tus ojos abiertos durante el sexo. Muchas personas que practican el tantra dicen que sienten un amor incluso más profundo e intenso cuando están mirándose a los ojos durante el orgasmo.


Otro Ejercicio
Esta postura también se llama inversa porque a diferencia de las formas tradicionales, la mujer está encima del hombre.
  • Él se debe acostar de espaldas.
  • Ella se colocará encima de alguna de las tres formas que se detallan a continuación:
    1. Viparita o posición contraria
      Ella se tenderá sobre el cuerpo del hombre, pecho contra pecho, al tiempo que le sujetará la cintura con las manos y moverá las caderas en todas direcciones.
    2. Bhramara o posición de abeja reina
      Ella se sentará en cluclillas sobre los muslos de él, insertará el lingam en su yoni y cerrará con fuerza sus muslos, mientras moverá la cintura en forma circular.
    3. Utthita uttana
      Ella se sentará con las piernas cruzadas sobre los muslos de él, introducirá el lingam en su yoni y moverá la cintura hacia arriba y hacia abajo.

Masajes
Bríndale largos masajes relajantes con esencias naturales a tu pareja para despertar sus sentidos, embriaga su olfato con aromas intensos. La menta, el sándalo, las rosas, son fragancias infalibles a la hora del sexo.

Ejercicio
En un momento en el que sientas ganas de orinar y lo estés haciendo, corta la emisión de orina y reconoce los músculos que pones en juego para hacerlo.
Una vez que los tengas identificados, contraelos durante otro momento en el que no estés orinando. ¿Los localizas?.
Contraer rítmicamente esos músculos de modo progresivo durante algunas veces al día (comenzando con 10/15 veces) y relajándolos luego, mejora la respuesta sexual.
Hazlo diariamente. Aumenta el número de contracciones de a 10 por día, y el tiempo en el que los mantienes contraídos, llegando a 50 contracciones diarias, de 5/8 segundos cada día.
Este ejercicio aumenta la plataforma orgásmica para las mujeres, y la rigidez peneana para los hombres

Juego: durante 5 minutos contarán al otro sus gustos y fantasías sexuales, y el otro no podrá interrumpirlo ni intervenir. Una vez que los dos hicieron uso de sus 5 minutos respectivos, entonces si podrán intercambiar respecto de lo que dijeron si quieren. 
Luego pueden pactar dos encuentros sexuales, uno le realice alguna fantasía al otro, y el segundo a la inversa. Esto debe ser conversado con anterioridad.


Nunca te saltes la etapa de los preliminares sexuales
Comprobado está que las mujeres necesitan un tiempo mayor que los hombres, al menos 20 minutos, para que nuestros órganos lubriquen y se exciten adecuadamente. Nunca restes importancia entonces a los besos, roces, caricias y a los juegos amorosos. Esta etapa no solo hace posible el orgasmo, sino que es definitoria en la intensidad del mismo.

Al clítoris... lo que le corresponde
Aunque mucho se habla del Punto G y de la capacidad multiorgásmica de la vagina, no olvides que la mayor parte de las mujeres tienen en el clítoris al auténtico protagonista de casi todos sus orgasmos . No olvides estimularlo como se merece.

¿ Que son las fantasías sexuales?
Son pensamientos e imágenes sobre temas sexuales que nos llevan a sentir sensaciones corporales placenteras. Como están en nuestra imaginación, en lo irreal, podemos transformar estos pensamientos o imágenes en lo que más nos guste; no hay límites y todo está permitido: podemos ser o hacer todo aquello que en nuestras vidas reales y sexuales no nos permitimos.

¿ Que funciones tienen, para que sirven?
De alguna u otra manera, todos y todas tenemos fantasías sexuales, como imágenes fugaces pasajeras involuntarias, o historias con principio y fin que recreamos en nuestras mentes de manera voluntaria.
Las fantasías tienen una función muy importante en nuestras vidas, y pueden servir para:
  • Expresar nuestros deseos sexuales y nuestros sentimientos.
  • Evadirnos de la vida real, de la monotonía, de lo que no nos gusta.
  • Aumentar o iniciar la excitación sexual, tanto en relaciones sexuales en pareja como con nosotr@s mism@s .
  • Sentir excitación sexual sin ningún tipo de riesgo: sexo seguro.
  • Descargar o liberar tensiones.
  • Ensayar conductas sexuales que nunca hemos llevado a la práctica: podemos anticipar situaciones, dificultades, miedos...
En definitiva, forman parte de toda nuestra sexualidad, y sirven para lo que cada uno/a quiera que sirvan, pues podemos transformar todo nuestro mundo real en lo que queramos.

¿ Podemos compartir nuestras fantasías?
A veces las podemos compartir con nuestras parejas, y ello puede aumentar el nivel de comunicación. Otras veces, podemos considerar que son algo intimo y personal.
Preferimos no compartirlas o por vergüenza o porque por ejemplo consideremos que si le hablamos a nuestra pareja de otra persona que aparece en nuestras fantasías, no le va a gustar, se va a sentir molest@, celos@, desconfiad@...
Hay veces que tampoco las compartimos porque pensamos que podemos exigir mucho a la pareja, que se sienta incomod@ u obligado a llevar a cabo la fantasía o a interpretar un papel.
El caso es que cada cual decide que hacer con sus fantasías, si guardarlas o no, compartirlas o no: son patrimonio exclusivo de cada un@. Cada persona tendrá que valorar si compartir sus fantasías tendrá consecuencias negativas o positivas en sus relaciones.

¿ Que tipos de fantasías sexuales son más comunes?
Hay fantasías que se producen de manera voluntaria y solemos recurrir a ellas con cierta frecuencia o en determinadas circunstancias (mientras nos masturbamos, en el coito...) porque nos producen placer;
Estas pueden ser las más comunes:
  • Un recuerdo de algo que nos gusta; (un beso, una caricia, una mirada... o imágenes sacadas de un libro o una película).
  • Algo que no hemos vivido pero que nos gustaría que nos ocurriera (enamoramiento).
  • Algo que no hemos vivido y que jamas lleváramos a cabo, porque están enfrentadas al sistema de valores ( una experiencia sexual forzada con violencia, infidelidades...). Estas suelen ser muy creativas sino nos causa ningún tipo de temor y podemos disfrutar con ellas.
El contenido sexual de las fantasías puede ser totalmente genital o global, en los que intervienen otros componentes como los afectos, las caricias, los juegos...
Podemos ser l@s protagonistas y tomar parte activa o ser mer@s espectador@s.
No hay fantasías buenas o malas, mejores o peores, sino las que expresan deseos y emociones sexuales.
Hay otras que no aparecen de manera voluntaria y que se producen de manera espontanea. Se pueden dar de manera repetida y crear sentimientos contradictorios de culpa, de ansiedad. Este tipo puede inhibir por completo el deseo sexual, o por el contrario producir excitación sexual; suelen incluir alguna forma de daño o castigo físico. Se llaman fantasías intrusas.
Hay un muchos tipos de fantasías, pero las más comunes son las que giran en torno temas relacionados con:
  • amorosas y románticas
  • homosexuales.
  • sadomasoquistas.
  • incesto.
  • Forcejeo.
  • dominio/sumisión.
¿Cuales son los contenidos más frecuentes de las fantasías?
Los contenidos de las imágenes eróticas pueden ser ilimitados y múltiples, pero los más frecuentes serian:
  • Lo prohibido o lo nunca experimentado situaciones que nunca hemos experimentado en la vida real, por la carga prohibida que conlleva o por estar en contra de nuestras creencias: relaciones sexuales en lugares públicos, la prostitucion, relaciones sexuales con animales. Se suelen utilizar para vencer la rutina, la monotonía en las relaciones sexuales.
  • fantasías en las que somos conquistad@s, sometid@s mediante ordenes, humillaciones...
  • Cambio de pareja: Este tipo de fantasía es una de las mas corrientes, ya que pensamos que tenemos relaciones sexuales con otra persona distinta a nuestra pareja.
  • Sexualidad en grupo: Orgías con amistades, relaciones sexuales con mas de 1 persona del mismo o de distinto sexo.
  • Relaciones sexuales en lugares paradisiacos y románticos. Están muy presentes el amor, el enamoramiento, la atracción.
Fantasías
Se ha demostrado que las fantasías sexuales son únicamente una búsqueda de placer mediante ensoñaciones eróticas que excitan sexualmente a quien piensa en ellas.

Mujer, 19 años: "Mi fantasía es que me unten con helado de chocolate todo el cuerpo y que me chupen y me rechupen hasta que no quede nada de helado”.


Mujer, 20 años: “Mi gran fantasía es tener a un hombre amarrado con cadenas a la cama, untarle miel por todo el cuerpo y quitársela con la lengua de pies a cabeza”.

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